La implementación de Odoo trae consigo eficiencia, trazabilidad, control y crecimiento.
Pero también, sin que nadie lo admita abiertamente, puede despertar algo mucho menos visible: miedo.
Miedo a quedar obsoleto.
Miedo a ser reemplazado por una automatización.
Miedo a que el sistema sepa más que tú.
Y cuando ese miedo no se gestiona… aparece el enemigo más difícil de combatir:
el saboteo silencioso.
Cómo luce el saboteo silencioso?
No se trata de un empleado que dice “me opongo a Odoo”.
Es más sutil. Más cotidiano. Más peligroso.
Se siguen usando hojas de cálculo “por si acaso”.
Se omite cargar cierta información “porque luego la reviso”.
Se repite que “antes lo hacíamos más fácil”.
Se generan errores para probar que el sistema “no sirve tanto”.
Y lo peor: muchas veces ni siquiera es con mala intención.
Es una forma inconsciente de aferrarse al control.
Por qué pasa esto?
- Mala comunicación del propósito “Instalamos un ERP para hacer más con menos.”
(Traducido internamente: “Van a despedir a alguien.”) - Cambio sin acompañamiento El sistema llega, pero nadie explica cómo cambia el trabajo de cada quien.
Ni por qué es una oportunidad, no una amenaza. - Falta de reconocimiento del valor humano Odoo automatiza tareas. Pero no reemplaza criterio, relaciones ni inteligencia emocional.
Si no lo decimos, el miedo se llena de suposiciones.
¿Qué se puede hacer?
- Comunicar con claridad (y empatía) No estamos reemplazando a las personas. Estamos eliminando el trabajo repetitivo para que puedan enfocarse en lo que realmente importa.
- Involucrar, no imponer Invitar al equipo a participar en la construcción de los flujos. Hacerlos parte, no solo usuarios.
- Capacitar desde la confianza Enseñar que Odoo es una herramienta para empoderar, no para vigilar.
- Celebrar el cambio, no solo el resultado Reconocer al equipo que se adapta, no solo al que entrega KPIs.
Y si no hablamos de los miedos, los miedos hablan por nosotros…
En forma de excusas, errores repetidos, o simples “no sé, a mí no me convence”.
No Comments