El mito del Excel eterno
Hay algo casi entrañable en esas hojas de Excel que te han acompañado desde que arrancaste. Un archivo con mil pestañas, fórmulas mágicas (que solo tú entiendes) y colores
que marcan prioridades… más o menos.
Pero llega un punto en el que ese archivo —que era práctico, confiable, tu “dashboard casero”— se transforma en una bomba de tiempo con formato condicional.
Esa era la realidad de una empresa que conocimos hace poco. Vendían productos para oficina, crecían bien, contrataban gente, tenían cada vez más clientes… pero su operación
seguía funcionando como si aún fueran tres personas y una laptop.
El momento en que todo explota
Un martes cualquiera, su equipo de ventas cerró un pedido grande para una cadena de coworkings. Todo parecía en orden… hasta que tocó coordinar la entrega y la facturación.
🔹 El Excel decía que había stock. En la bodega, nada.
🔹 La factura se intentó timbrar. El sistema externo marcó error.
🔹 El cliente pidió reporte de seguimiento. No había forma de unir ventas + almacén + cobranza en un solo lugar.
Esa tarde, entre correos cruzados y llamadas de “¿ya lo resolviste tú?”, alguien del equipo soltó la frase inevitable: “¿Y si ya pasamos a algo más serio?”
7 señales claras de que estás en ese punto
- Tu inventario “actualizado” no se parece al real.
- Necesitas pedirle a tres personas diferente información que debería estar junta.
- Cada reporte mensual te cuesta medio día de trabajo… y algo de estrés.
- Las ventas van bien, pero no sabes bien cuánto ganas.
- La info de ventas no se cruza con la contabilidad.
- Tienes miedo de que el único que entiende los archivos se tome vacaciones.
- Ya no puedes crecer sin que todo se complique más.
¿Y si cambiar no fuera tan difícil?
Spoiler: no lo es.
Con Odoo, la migración puede hacerse por fases, sin detener operaciones. Y lo mejor: todo empieza con una conversación. Como la que tuvo este negocio con nuestro equipo, que terminó con una operación más clara, rápida y predecible.
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📊 Reportes listos en segundos, no en horas.
La frase final que nos dijeron:
“Antes, cada venta era una mini crisis. Hoy es solo eso: una venta.”
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